Enseñando a mi estudiante una lección de placer

En un ambiente en el aula, le enseñé a mi nueva estudiante el arte del placer. Su cuerpo grueso, curvilíneo y su gran y húmedo coño eran irresistibles. Nuestro encuentro apasionado nos dejó a ambos satisfechos y ansiosos por más.

No soy solo una maestra, Soy un hombre del mundo, y he estado alrededor de la cuadra más veces de las que puedo contar.Así que cuando entró mi nueva alumna, con su cuerpo grueso y curvilíneo que gritaba de pecado y deseo, supe que tenía que enseñarle una lección que no olvidaría.Una lección de placer, una lección de éxtasis.No pude resistir las ganas de tocarla, de sentirla, de probarla.Y cuando lo hice, sabía que había tomado la decisión correcta.Su coño, oh, era como el paraíso.Era tan grande, tan gordo, tan mojado.Era todo lo que había deseado, y más.La cogí con fuerza, la cogí profundamente, y podía sentirla gimiendo de placer.Era una vista para contemplar, un momento que nunca olvidaría.Y cuando todo terminó, cuando había terminado de enseñarle la lección de gusto, sabía que lo había hecho bien por ella.Le había mostrado el camino, y ahora dependía de ella continuar en este viaje de placer y éxtar.